Es la última que quedaba en pie y tenía una altura de más de 80 metros. Con ella, el desmantelamiento de la central por parte de Endesa llega al 75 %.
El desmantelamiento de la central térmica Litoral de Carboneras se encuentra al 75 %. Este jueves se ha procedido a la voladura de la última caldera que quedaba en pie. Se trata de la caldera del Grupo 1, la última de las estructuras metálicas elevadas de la planta. Ha sido a las doce del mediodía y tras operaciones de ingeniera que han convertido esta voladura en uno de los procesos más complejos debido a la naturaleza metálica de este artefacto de13.500 toneladas de peso y 80 metros de altura.
Unas dimensiones que han obligado a establecer un radio de seguridad de 400 metros. La operación ha sido exitosa.
Supone un nuevo paso dentro del proceso establecido por la compañía Endesa a través de los principios de economía circular y desmantelar una instalación que ha estado operativa cerca de cuatro décadas y que fue desconectada en diciembre de 2021.
La anterior voladura tuvo lugar en noviembre de 2024, cuando se acabó con una caldera de 80,6 metros de altura para la que se han utilizaron 274 kilos de dinamita, esto es, unos cien kilos más de los que se usaron el pasado mes de marzo para la demoler su chimenea.
El plan de cierre y posterior desmantelamiento de la central tiene una duración estimada de entre cuatro y seis años. Ha supuesto la creación de más de 80 empleos directos en los que se ha primado la mano de obra local y la formación de personal especializado.
El desmantelamiento y la demolición de todos los edificios, instalaciones y equipos de la central supone una inversión de unos 60 millones de euros. Entre sus objetivos, está poder hacer una desmantelamiento selectivo con la valorización de materiales por encima del 90% y la obtención final de un certificado de residuo cero.